Voy a hacer trampa. Esta semana no les recomiendo un podcast, sino la primera entrevista en el metaverso. Al menos, la primera que es pública, hecha por un periodista, y la primera en Horizon, la plataforma o espacio de Meta (Facebook) para el metaverso.

El periodista Henry Mance, o más bien su avatar, entrevistó a Nick Clegg, político inglés convertido en mano derecha de Mark Zuckerberg y líder de la ofensiva comunicacional del metaverso.

El encuentro no fue completamente virtual, pues Mance explica que antes tuvieron una reunión a través de Zoom. El video de la entrevista, publicado en FT Magazine, muestra a Mance poniéndose sus Oculus, el headset de realidad virtual de Meta, para ingresar al espacio de encuentro con Clegg.

Lo primero que salta a la vista es lo rudimentario de los avatares. El parecido con los personajes reales es mínimo, las expresiones faciales limitadas, y los movimientos entrecortados. De hecho, el avatar de Clegg no deja de temblar y hacer movimientos raros.

Se esperaría que al menos el avatar del Vicepresidente de Asuntos Públicos de Meta fuera más sofisticado, pero como el propio Clegg llama la atención hacia el final de la entrevista, los avatares ni siquiera tienen piernas ni pies. Cuestionado por el ejecutivo sobre cómo se siente en el Metaverso, y haciendo uso de la tradicional delicadeza británica, Mance se limita a describir la experiencia todavía como algo rudimentario.

Quizás porque es una entrevista (algo de formalidad debe haber), quizás por la personalidad de los participantes, pero las gráficas y la interacción entre Clegg y Mance no ofrecen nada novedoso a fanáticos de juegos basados en avatares como Sims o Fortnite. Es más, parece una versión antigua de dichas interfaces.

Críticas aparte, la entrevista sí ayuda a entender mejor los planes de Mark Zuckerberg. El encuentro se da en Horizon, el espacio creado por Meta. La empresa además es dueña de Oculus, firma que adquirió en 2014 por US$ 2.000 millones. En su portafolio, además tiene empresas de mensajería (WhatsApp), interacción social y comercio en línea (Instagram), así como creación de gifs (Giphy) y georeferencia (Mapillary).

Clegg explica que el periodista luego puede moverse (o su avatar puede moverse) a otros “espacios” del Metaverso, creados por otras empresas, ya sean Microsoft, Roblox, etc. Facebook, al igual que Horizon, sería solo un espacio más.

Según la descripción de Clegg, en el metaverso podremos usar las plataformas de diversas empresas para crear “salas” e interactuar con los avatares de nuestros amigos, compañeros de trabajo, entrevistados, etc. A diferencia de Zoom o Teams u otros sistemas de videollamada, los avatares nos permitirán sentir que estamos interactuando en el mismo espacio físico con otras personas.

¿Es eso mejor que ver el verdadero rostro y expresiones faciales de nuestros interlocutores? Supongo que la idea es que el diseño de los avatares irá mejorando con el tiempo.

El metaverso también implica más controles, porque en lugar de comentarios hirientes, ahora además quedaríamos expuestos a agresiones físicas (a nuestros avatares). O a fake news transmitidas de forma más sutil, por ejemplo, un poster en una de las salas o espacios en que interactuamos.

Clegg explica que cada empresa a cargo de la creación de plataformas deberá ser responsable de imponer reglas y controles para evitar que eso pase. “El usuario tendrá más poder”, sostiene Clegg al comparar al metaverso futuro con las redes sociales actuales. Pero queda claro que el nivel de controles también se extendería.

De ahí que hay quienes, por el contrario, apuestan a que el metaverso sea algo descentralizado, usando la tecnología blockchain para ello. En eso está trabajando un equipo en Twitter, por mencionar un caso.
Personalmente, habría pensado que Zuckerberg anunció el cambio a Meta porque el proyecto de su plataforma para el metaverso estaba más avanzado. Por ahora me quedo con Zoom, Teams y similares. Prefiero ver las caras de mis compañeros en lugar de sus avatares. Ya saben… Generación X.